Entrenamiento de obediencia

La alegría, el esfuerzo y la dedicación hacen del entrenamiento una actividad gratificante tanto para guías como para perros, lograr la armonía en el trabajo gracias a la dedicación de muchas horas para que nos entendamos, tiene sus recompensas. la obediencia debe ser muy estricta si queremos que se cumplan unas normas de convivencia como que el perro haga sus necesidades en el sitio que le indiquemos o que respete a las personas que temen o no le gustan los perros y que realice ejercicios básicos como acudir al llamado, sentarse, echarse, caminar al lado, quedarse quieto, etc.
Para la realización de estos ejercicios la mejor opción es seguir estas tres fases:

1) Internar al perro en k-nino.

Esta primera fase es definitivamente más costosa emocionalmente para el dueño que para el mismo perro, pues le cuesta separarse de la convivencia con su perro. Hay gran diferencia de actitud ante el entrenamiento entre el perro que vive en casa y el que está interno. Al primero, acostumbrado a vivir sin obligaciones, le parece tediosa e incluso una "tortura" la sesión diaria de adiestramiento, pues aunque no se utilizan elementos de castigo el perro no se ve fácilmente motivado pues en el hogar le sobran los elementos de vida plena y además es a su manera “el rey de la casa”. Por el contrario, el perro que está en k-nino, pasa a una situación que no controla, llena de cosas nuevas e interesantes, con lo que la acción de aprender se convierte en algo positivo y la disponibilidad del perro para el aprendizaje mejora, desarrollando un afecto especial para su amo y la disposición de complacerlo es evidente.

2) Capacitación del dueño con su perro.

Esta segunda fase es fundamental si queremos tener éxito en nuestra empresa. Si el dueño no interviene activamente el fracaso es seguro. Para que exista un entrenamiento debe haber una conexión entre el dueño y su perro, pues éste no es una máquina que se programe para obedecer. El perro necesita tres cualidades básicas en su amo: AFECTO, AUTORIDAD Y COMPRENSIÓN. Por eso el entrenador debe ser, además de un profesional, un buen psicólogo para poder enseñar al dueño a relacionarse, dominar y comprender a su perro. Las reglas de como se le habla, como se corrige y como se estimula a su perro son la clave del éxito. K-nino cuenta con un personal humano lleno de paciencia para los dueños y con la suficiente capacitación y experiencia que permite enseñar a los propietarios todas las reglas para el manejo adecuado de su mascota.

3) Adaptación del animal al lugar en el que vive.

Esta tercera fase consiste en condicionar al perro a que obedezca en su hogar. El animal tiende a identificar la escuela como lugar de trabajo, mientras que su casa la considera lugar de descanso. Por tanto esta última fase es crucial para obtener buenos resultados, pues de nada nos sirve que el perro relacione su obligatoriedad a obedecer con lugares concretos en los que seguramente no volverá a estar. En esta fase, las sesiones de adiestramiento se harán en contextos reales, se enfatiza la capacitación de los propietarios en el manejo de su perro en el hogar y su ambiente normal de trabajo. El perro tiene que iniciar la fase de comportamiento y normas de conducta, que serán claramente indicadas por su propietario, además de todo el proceso de obediencia que implican los diferentes ejercicios como caminar, sentarse o esperar.  

Control de esfínteres, no hacer daños y acudir al llamado son los tres pilares que sostienen la buena relación del perro y sus amos, con un correcto proceso llevaremos al perro a aprender sin conflictos y este mantendrá la atención en nosotros (contacto visual) dispuesto a complacernos todo el tiempo. No importa el tamaño, ni la raza. Solamente con entrenamiento cualquier mascota llega a ser completamente obediente a su amo.

CAMILO VEGA

Director de entrenamiento

K-NINO

 

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